Después de la realización de varios bocetos de tipografías que recordaran al queso y tubieran un aspecto similar a este, decidí partir de una tipografía simple y sencilla que pudiera darme mucho juego, por lo que elegí la fuente Verdana, en mayúsculas y negrita, ya que las letras mayúsculas le dan más positivismo al texto y también llamarán más la atención a la hora de componer el pangrama.
A partir de estas letras, fui incluyéndoles cambios.
En un principio, las deforme un poco para que dieran un aspecto como de queso derretido y no tubieran esa forma tan plana. Después, decidí hacerles muescas en los contornos como con las que cuentan muchos tipos de quesos al cortarlos. Y por último decidí los colores que iban a distinguir estas letras, que fueron un amarillo anaranjado para el relleno de las letras y naranja para los contornos. Estos dos colores me parecieron muy apropiados para este ejercicio, ya que los dos son muy característicos de este producto.
Por lo que respecta al tamaño, cada una de letras contarán con la misma altura. Todas las letras cuentan con una altura de 2’5 centímetros, y ordenadas en seis filas de cinco letras las cuatro primeras, de cuatro letras la penúltima fila, y de tres la última. Decidí que la composición fuera así para que se encontraran perfectamente centradas en un papel DIN A4.
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